Cómo conseguir clientes como freelance de marketing digital
¿Cómo conseguir tu primer cliente como freelancer?
Fácil: no se consigue. Se pelea.
Hace poco, alguien me escribió preguntando cómo empezar como freelancer. No con teoría barata. Sino que de verdad funcione y empezar a cobrar.
Y lo primero que pensé fue: «Excelente.» Porque pedir ayuda no es fácil. Y porque escuchar también es raro. Hoy todos hablan, pero pocos escuchan y entienden.
Le conté mi historia. No por nostalgia. Ni porque me sienta un gurú. Sino porque estar perdido jode. Y alguien tiene que decirte que ese vacío que sientes no es raro. Es parte del proceso.
Ser freelancer en marketing digital es como ir al gym con ansiedad:
Sabes que te hace bien, pero cuesta ponerse en acción.
No hay fórmulas mágicas. No hay caminos “correctos”.
Hay gente que se rinde y gente que aguanta.
Yo era ingeniero. Hoy soy marketero. No porque me iluminé, sino porque me aburrí de que me manden. De fichar. De pedir permiso.
¿Puedes vivir bien sin el trabajo tradicional? Sí.
¿Es fácil? No.
¿Vale la pena? Solo si no te gusta vivir medio muerto de lunes a viernes.
Así que ya sabes.
Esto no va de likes. Va de sobrevivir sin jefe.
Y eso, amigo mío, es lo que te voy a contar en este post.
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1 Capacitación constante; Aprende de verdad, no de memoria
Hoy tienes más cursos gratis que excusas. Google, Facebook, HubSpot… todos regalando oro. Pero tú sigues esperando a “tener tiempo”.
¿Quieres vender? Aprende a crear anuncios que no den pena, a escribir sin sonar a robot y a usar redes sin parecer tu tía con su emprendimiento de jabones.
Yo renuncié a mi carrera. Y no la extraño.
¿Un título? Muy bonito para LinkedIn. Pero eso no vende.
¿Sabes qué sí? Resultados.
Google y Tesla lo dicen clarito: muéstrame qué sabes hacer, no tu diploma con marco dorado.
¿Experiencia formal? Bien.
¿Experiencia real? Mejor. Mucho mejor.
Porque cuando todo está jodido, lo que te salva no es el papel, es lo que sabes hacer con las manos sucias.
2 Necesitas experiencia…
¿Tus primeros clientes? Te los vas a tener que inventar.
Nadie te va a pagar solo porque dices que sabes.
Y menos si tu respuesta a “¿Qué has hecho antes?” es:
“Uhhhhh… nada todavía”.
Bienvenido al club.
Yo también empecé sin portafolio, sin credibilidad, sin web bonita.
¿Y sabes qué hice? Lo que nadie quiere hacer: trabajé gratis.
Sí, gratis. Como un pasante lleno de ilusiones.
Porque eso vale más que un “estoy listo” gritado al vacío.
No esperes a tener un logo con tu nombre ni casos de éxito.
Trabaja. Busca proyectos, aunque sean pequeños, aunque no paguen.
Vas a aprender más en dos semanas enfrentándote a clientes reales que en seis meses viendo tutoriales de YouTube con voz robótica.
Y si todavía crees que eso es perder el tiempo…
Entonces no estás listo para que alguien te lo pague.
3 Cómo conseguir tu primer cliente
Encontrar a tu primer cliente de pago es como conquistar sin foto de perfil.
Si ya tienes algo de experiencia o estás harto de regalar tu tiempo, toca moverse con cabeza.
Yo pasé de trabajar gratis a cerrar un contrato de seis meses. Sin magia. Sin humo.
¿Cómo lo hice?
Cree mi web marketing digital e hice SEO. Así de simple.
No fui a la sección de empleo. Fui a los buscadores. Donde la gente de verdad busca servicios.
Otros canales digitales también sirven, pero ojo, debes encontrar el canal digital que mejor se te dé.
Buscas oportunidades, no ofertas formales.
Te metes donde hay movimiento. Donde hay alguien pidiendo servicios a gritos y tú puedes saltar con un “yo te lo arreglo”.
Eso fue todo.
Y funcionó.
No porque tuviera el mejor CV.
Sino porque cuando buscan servicio yo estoy ahí.
Con esto no te estoy recomendado que hagas SEO. Pero si lo haces mejor.
Puedes trabajar tu perfil en redes, abrir un canal de YT. O una web y anuncios en Google.
Necesitas un canal donde muestres tu trabajo y llegar a tu público objetivo. Con esto estarás por encima del 90% de freelancers que no paran de tomar cursos y no ponerse en acción.
4 Ya tienes un par de clientes. ¿Y ahora qué? ¿Te relajas?
Error.
Aquí es donde la mayoría se duerme. Tú no.
Si ya conseguiste a tus primeros clientes —con sangre o con suerte— ahora toca escalar.
No a lo loco, pero sí con intención.
¿Una forma rápida? Un anuncio para captar leads.
No para ser famoso. Para pescar. Para llenar la agenda de llamadas y convertir curiosos en billetes.
Porque si no te ven, no te pagan.
Y si no te buscan, te apagas.
5 ¿Cómo debe ser el anuncio?
Una cosa: que se entienda qué quieres que hagan.
Nada de misterios ni promesas vagas.
¿Quieres leads? Dales un PDF gratis. Pero que sirva. Que valga la pena.
Algo tipo: “5 consejos de redes sociales que tu negocio puede aplicar hoy”.
Directo, útil, rápido.
Pero ojo: el PDF no es el producto. Eres tú.
Ese archivo es el anzuelo. Tú eres el tiburón.
Ahí es donde les cuentas que la mayoría publica como si fuera su diario personal. Sin estrategia, sin cabeza.
Y tú no vas a dejar que sigan perdiendo dinero.
Así que les das el PDF… y les haces ver que el verdadero upgrade eres tú.
6 ¿Por qué deberían contratarte?
No basta con “tener ganas”.
Tu cliente no busca un entusiasta. Busca a alguien que sepa más que él.
Alguien que entienda que Google cambia más de 3.000 veces su algoritmo al año. Y no, no es broma.
Por eso tu contenido tiene que educar, pero también venderte.
Un PDF bien hecho que diga: “Mira lo que sé, y mira cómo puedo usarlo para ti”.
Y si lo metes en un anuncio con formulario de leads en redes o Google, mejor.
Porque tienen la función de autocompletar. Nombre, mail, teléfono… pim pam. Ni tienen que pensar.
Tú das valor. Ellos hacen clic.
Y si no lo hacen, no eran clientes. Eran fantasmas o tu competencia espiando.
Ninguno te va a contratar, así que no importa.
7 ¿A quién dirigirse en el anuncio?
Fácil: empieza por los de casa.
No intentes conquistar el país si ni tu barrio sabe que existes.
Menos competencia, más cercanía. Y si puedes verles la cara, mejor.
Dirige el anuncio a zonas donde puedas sentarte con el cliente sin tener que cruzar tres provincias.
Porque aunque vivamos pegados a una pantalla, lo que cierra tratos de verdad es el café en mesa real.
Sé distinto.
Mientras todos se esconden detrás de un teclado, tú apareces en persona.
Y eso, amigo, no se olvida.
Muchas empresas no te van a contratar.
¿Motivos? infinitos, buscan una agencia grande, un freelancer con un millón de seguidores, etc.
Pero que no te importe, cada reunion que tengas te da experiencia.
Y estadísticamente, mientras mas reuniones tengas, mas te acercas a la venta.
8 Ya tengo leads, ¿y ahora?
No seas vago. Escríbele. Llámalo. Muévete.
Pero no con el típico “Hola, soy fulanito y vendo cosas”.
Llega con valor, no con hambre.
Algo simple:
“Hola, vi que descargaste el PDF. ¿Te quedó claro o te ayudo con algo?”
Ya está. Nada de spam disfrazado.
Empieza una conversación, no una persecución.
Entiende qué quiere. Dile cómo puedes ayudar. Y si ve claro que vales, paga.
Tan fácil como eso. Tan jodido como hacerlo.
Resumiendo…
Al final del día, solo importa una cosa: ser un experto.
Eso debería estar tatuado, no en negrita.
Porque cuando sabes, se nota. Y cuando se nota, los clientes vienen solos.
No tienes que ir suplicando como vendedor de cremas en semáforo.
¿El problema? Muchos aún desconfían de una sola persona. Prefieren agencias. Logos. Equipos con fotos en blanco y negro mirando al horizonte.
¿La solución? Portafolio que hable por ti. Referencias que te respalden.
Y si no tienes web aún, no pasa nada. Créala hoy.
Pero ojo: eso de “ser experto” no es una frase bonita. Es la diferencia entre cobrar… y que te ignoren.